sábado, 6 de diciembre de 2025

La Paradoja de los Presidentes Pacificadores: Un Análisis Comparativo de las Doctrinas de Guerra Asimétrica de Obama y Coerción Unilateral de Trump, y la Proyección Estratégica del Conflicto en Venezuela

 




I. Introducción: La Disonancia Cognitiva entre Paz y Acción Bélica

El estudio de la política exterior estadounidense en las últimas décadas revela una profunda y persistente disonancia entre la retórica oficial de la paz y la práctica institucionalizada del uso de la fuerza militar. Esta paradoja se cristaliza de manera excepcional en los casos de los presidentes Barack Obama y Donald Trump, quienes recibieron significativos reconocimientos internacionales a la paz mientras, simultáneamente, presidían escaladas militares de naturaleza asimétrica y cinética.


A. El Paradigma de la Contradicción

Barack Obama, en 2009, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, un reconocimiento a la "esperanza de cambio" que su presidencia representaba para la imagen global de Estados Unidos. Sin embargo, este galardón, que sorprendió incluso al propio mandatario , coincidió con la expansión e institucionalización de la guerra encubierta mediante drones en múltiples teatros de operaciones.   

De manera análoga, pero en un contexto geopolítico y ceremonial distinto, Donald Trump recibió el Premio FIFA de la Paz en diciembre de 2025. Este premio, de reciente creación, se otorgó en reconocimiento a su labor diplomática, incluyendo su afirmación de haber puesto fin a "ocho guerras" en menos de un año. No obstante, este galardón se entregó en un momento en que la administración Trump intensificaba una agenda de intervención militar a escala regional en el Caribe, con amenazas explícitas de ataques terrestres contra Venezuela bajo el pretexto de combatir el narcoterrorismo.

B. Objetivos del Análisis Comparativo

El propósito central de este informe es desentrañar las similitudes y diferencias operacionales, doctrinales, éticas y legales entre estas dos administraciones en su aplicación de la fuerza letal bajo un manto de aparente paz. Se contrastarán las justificaciones legales (la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar —AUMF— de Obama contra el marco del Narcoterrorismo de Trump), los métodos (guerra de drones de baja visibilidad frente a ataques navales y amenazas terrestres de alta visibilidad) y las implicaciones éticas. Finalmente, el informe proyectará los escenarios estratégicos futuros derivados de la actual escalada militar contra Venezuela.

La diferencia en la fuente de los premios es relevante. El Nobel, otorgado por una institución tradicional de prestigio político y humanitario, buscó legitimar una transición doctrinal en la política exterior estadounidense pos-Bush. Por el contrario, el Premio FIFA, entregado en el contexto de un evento deportivo global y bajo la presidencia de Gianni Infantino , es percibido como un reconocimiento más ad-hoc y transaccional, enfocado en la visibilidad y el rendimiento inmediato del presidente Trump. Este contraste subraya la polarización y la comercialización crecientes de la política exterior, donde los "logros de paz" se miden por su impacto mediático y su valor para la base electoral, en lugar del consenso multilateral. 

II. El Legado de Obama: De la Esperanza Global a la Institucionalización de la Guerra Asimétrica

La presidencia de Barack Obama se caracterizó por una ambición dual: restaurar la imagen internacional de Estados Unidos, severamente dañada por las guerras en Irak y Afganistán, los centros de detención como Guantánamo y las imágenes de Abu Ghraib , y simultáneamente, asegurar los intereses de seguridad nacional mediante una estrategia militar de bajo perfil.

A. El Nobel de la Paz 2009: Un Premio a la Promesa, No al Logro

El otorgamiento del Nobel de la Paz a Obama en 2009 generó controversia internacional, ya que ocurrió apenas nueve meses después de asumir el cargo. El propio presidente se mostró sorprendido y consideró no acudir a Oslo a recoger el premio. No obstante, la Casa Blanca rápidamente reconoció que el viaje era necesario, ya que el galardón servía para capitalizar la "esperanza de cambio" que su elección había generado, especialmente después de años de unilateralismo republicano. En su discurso, Obama se vio obligado a declarar que enfrentaba al mundo "como es" y que tenía la obligación de proteger y defender a su país. 

El capital político generado por este premio, sumado a una alta popularidad internacional (en 2016, el 86% de los alemanes y el 84% de los franceses tenían una visión positiva de él ), creó un escudo de legitimidad que permitió a su administración implementar métodos de guerra menos visibles pero altamente letales. 

B. La Doctrina Obama y el Dilema de la Intervención Selectiva

Doctrinalmente, la administración Obama priorizó la diplomacia sobre la confrontación militar y la defensa del orden multilateral. Se reenfocaron las prioridades estratégicas, buscando afianzar relaciones con regiones clave como Asia y América Latina (ej. normalización de relaciones con Cuba).

Sin embargo, en áreas de conflicto, la administración mostró una reticencia calculada a la intervención terrestre directa. El ejemplo más notable fue Siria: ante el uso de armas químicas por parte del régimen de Al-Assad en 2013, que Obama había declarado como una "línea roja", el presidente se retractó de una acción punitiva selectiva después de deliberar con sus asesores y enfrentar la oposición de un número significativo de miembros del Congreso y la mayoría del pueblo estadounidense. En su lugar, se buscó una solución diplomática impulsada por el Gobierno ruso, una decisión que no fue compartida por aliados clave como Arabia Saudita.

C. La Expansión de la Guerra de Drones (Drone Warfare)

A pesar de la reticencia a grandes despliegues terrestres (como en Siria), la administración Obama institucionalizó y expandió dramáticamente la guerra asimétrica de aviones no tripulados. Este método, que permitía ataques de precisión con una mínima huella militar terrestre, se convirtió en la herramienta distintiva de su política antiterrorista.

La evidencia estadística es contundente: durante sus dos mandatos, Obama autorizó 542 ataques con drones en Pakistán, Somalia y Yemen. Estos ataques causaron la muerte de un estimado de 3,797 personas, incluyendo 324 civiles. El número total de ataques fue aproximadamente diez veces mayor que el autorizado por la administración Bush. La intensidad de la acción cinética alcanzó su punto máximo en 2016, cuando la administración lanzó 26,171 bombas en diversas operaciones.

La expansión de esta guerra tecnificada fue posible, en parte, porque el Premio Nobel y la imagen positiva global de Obama sublimaron la acción militar a través de la retórica de la "guerra justa" y "preventiva". El uso de drones hizo que la letalidad fuese menos visible y, por lo tanto, menos criticable por el público estadounidense, mientras se expandía el conflicto geográficamente. Este proceso permitió la externalización y la tecnificación de la guerra de forma encubierta, un desarrollo que, a pesar de las críticas internacionales sobre los "drones asesinos" , no mermó significativamente su popularidad.

D. El Marco Legal y Ético de la Guerra Asimétrica

La justificación legal principal esgrimida por la administración Obama para la guerra de drones fue el uso de la autodefensa y la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2001, que se aplicó contra Al Qaeda y "fuerzas asociadas". Sin embargo, la extensión de estos ataques a países soberanos con los que Estados Unidos no estaba formalmente en guerra (como Pakistán, Yemen y Somalia) levantó serios debates sobre la legalidad internacional.

Expertos señalaron que la legalidad de estos ataques debía considerar factores adicionales como la soberanía, la proporcionalidad del daño colateral y la legitimidad de los objetivos individuales. Los defensores del uso de drones argumentaban que la tecnología permitía "ojos en el objetivo en tiempo real," lo que reduciría el daño colateral en comparación con otras formas de ataque. No obstante, las críticas se centraron en que este beneficio se perdía si la propia definición de "objetivos" incluía a no combatientes o civiles desconectados del conflicto. El legado de Obama, en este sentido, es la institucionalización de una forma de guerra que es legalmente ambigua y éticamente cuestionada, pero que se convirtió en la norma operativa de la lucha antiterrorista. 

III. El Enfoque de Trump: Diplomacia Transaccional y Coerción Directa

La política exterior de Donald Trump ha sido definida por un enfoque unilateralista, transaccional y con una disposición a la confrontación abierta que contrasta marcadamente con el multilateralismo táctico de Obama. Sus propios reconocimientos de paz, como el Premio FIFA de 2025, están intrínsecamente ligados a esta visión de rendición de cuentas y visibilidad.

A. El Premio FIFA de la Paz 2025: Marketing Geopolítico

El Premio FIFA de la Paz fue otorgado a Donald Trump en diciembre de 2025 durante la gala del Mundial 2026 celebrada en Washington. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, elogió a Trump por su esfuerzo por la paz. Trump, visiblemente complacido, aceptó el premio, destacando que era "uno de los grandes honores de [su] vida" y presumiendo de haber terminado con "ocho guerras" en menos de un año.

Este galardón se integra en una política exterior que busca logros concretos y publicitables, como los Acuerdos de Abraham, que establecieron la normalización de relaciones entre Israel y varias naciones árabes. Estos acuerdos, aunque un logro diplomático significativo, permitieron a Trump presentarse ante su base electoral, particularmente la comunidad judía y los evangélicos, con un triunfo visible. La naturaleza del premio, entregado por una entidad deportiva global en un evento mediático , refleja una política exterior basada en la visibilidad y el desempeño transaccional, en contraposición al consenso político tradicional.

B. La Doctrina Trump: Unilateralismo y Confrontación Abierta

A diferencia de la doctrina Obama, que buscaba reducir la huella militar, la administración Trump ha demostrado una disposición abierta al uso de la fuerza coercitiva y a la acción unilateral. Aunque en su retórica el presidente Trump se ha presentado a veces como un anti-intervencionista, su política ha implicado despliegues bélicos contundentes, como el bombardeo de instalaciones nucleares iraníes, lo que desmintió la idea de que fuese un aislacionista total. Su política se enfoca en mantener la tensión alta para lograr concesiones de adversarios, como se observó en sus maniobras contra el llamado "Eje de la Convulsión" (Irán, China, Rusia, Corea del Norte).

C. La Agenda de Intervención Regional: El Imperativo del Narcoterrorismo

La confrontación con Venezuela se ha escalado bajo el nuevo marco doctrinal de la lucha contra el narcoterrorismo, lo que ha permitido justificar operaciones militares directas en el hemisferio occidental. En enero de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para etiquetar a ciertos cárteles de drogas del hemisferio occidental como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTOs).

Este cambio de narrativa operacional de la "Guerra contra el Terror" a la "Guerra contra el Narcoterrorismo" tiene implicaciones profundas. Permite a Estados Unidos aplicar reglas de enfrentamiento de conflicto armado, incluyendo el uso de ataques cinéticos letales, contra entidades vinculadas a un estado soberano (Venezuela), utilizando la lucha contra el tráfico de drogas como el principal pretexto para la escalada militar en el Caribe.

D. Operaciones Cinéticas en el Caribe: El Precedente de la Eliminación Total

La escalada militar en el Caribe comenzó a fines de agosto de 2025 con un aumento de tropas navales con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico cerca de costas venezolanas. A fecha de octubre, el despliegue de tropas en el Caribe Sur y Puerto Rico había aumentado a 10,000, bajo la denominada Operación Lanza Sur.

La intensidad de estas operaciones ha sido elevada. En casi tres meses, la campaña militar antidrogas del Comando Sur acumuló al menos 20 embarcaciones destruidas y más de 80 personas muertas. Sin embargo, el aspecto más crítico y éticamente devastador se reveló en reportes periodísticos detallando la destrucción de la primera 'narcolancha' en septiembre de 2025. Los reportes indican que la embarcación fue atacada dos veces, siendo la segunda ofensiva destinada a matar a los sobrevivientes del impacto inicial.

Según fuentes conocedoras del operativo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, había dado una orden verbal de "no dejar personas con vida". Esto sugiere que la administración Trump no solo ha militarizado la política antidrogas en el Caribe, sino que ha establecido un precedente de letalidad que va más allá de las críticas al daño colateral (el foco de la controversia de Obama). La presunta orden de matar a sobrevivientes o heridos (combatientes hors de combat) constituye una violación grave del Derecho Internacional Humanitario (ius in bello), escalando la controversia ética de la política exterior estadounidense hacia la brutalidad intencional.

IV. Análisis Comparativo Doctrinal: Asimetría Controlada vs. Coerción Directa

El contraste entre las doctrinas de Obama y Trump revela no solo una diferencia en el estilo de liderazgo, sino también una transformación en la justificación legal y la aplicación ética de la fuerza letal.

A. Diferencias en la Definición del Enemigo

La guerra de drones de Obama se inscribió formalmente dentro del marco de la AUMF, legitimando acciones cinéticas contra grupos no estatales transnacionales (Al Qaeda y afiliados). Aunque criticado por la extralimitación geográfica, el enemigo era doctrinalmente asimétrico. 

En contraste, Trump está aplicando métodos de conflicto armado (ataques cinéticos letales y la designación de FTOs) contra entidades directamente vinculadas al aparato estatal venezolano, como el Cartel de los Soles, el cual se alega que opera con la complicidad del régimen. Esta designación de "narcoterrorismo" acerca peligrosamente las operaciones a una confrontación interestatal, difuminando las líneas entre la aplicación de la ley antidrogas y la guerra de agresión.

B. El Cambio en la Letalidad y el Marco Ético

Mientras que el principal punto de fricción ética en la era Obama giraba en torno a la proporcionalidad del daño colateral y la selección de objetivos , la controversia en la era Trump se centra en la eliminación total. La guerra de drones de Obama buscaba neutralizar objetivos legítimos dentro de la ley de guerra, aunque a menudo fallaba en distinguir a los civiles.

La política reportada de Trump de atacar supervivientes  sugiere un objetivo más amplio de aniquilación y terror, lo que representa una grave infracción al ius in bello que trasciende las críticas a la proporcionalidad. Si se confirma la orden de "no dejar sobrevivientes," esto implica que la administración ha escalado la letalidad hacia la violación de normas fundamentales de la Convención de Ginebra.

C. Visibilidad y Transparencia

Obama intentó (aunque de forma limitada) establecer directrices ejecutivas y liberar informes sobre las bajas de drones para fomentar la transparencia. Aunque la guerra fue encubierta, hubo esfuerzos por legitimarla mediante el cumplimiento, o la apariencia de cumplimiento, de la ley.

Las operaciones de Trump, aunque abiertamente anunciadas en plataformas sociales , carecen de transparencia en los protocolos internos de enfrentamiento. La difusión del ataque a la 'narcolancha' , sin detalles sobre el segundo ataque deliberado , revela una estrategia que utiliza la visibilidad de la acción cinética para la disuasión, pero mantiene la opacidad en las reglas de engagement más controvertidas. 

La tabla siguiente resume las principales diferencias doctrinales observadas:

Comparación Doctrinal del Uso de la Fuerza Post-Reconocimiento de Paz

Variable de ContrasteBarack Obama (Post-Nobel)Donald Trump (Post-FIFA)
Racional del Premio

Búsqueda de cooperación multilateral; promesa de cambio.1

Reconocimiento transaccional de logros diplomáticos (Acuerdos de Abraham) y afirmación de terminar guerras.4

Doctrina Militar

Guerra Asimétrica, Acción Preventiva, Mínima Huella Terrestre.8

Coerción Directa, Unilateralismo, Máxima Demostración de Fuerza.17

Herramienta Principal

Aviones no tripulados (Drones).11

Operaciones Navales y Aéreas (Misiles/Aeronaves), Transición a Terrestre.5

Justificación Legal

AUMF 2001 y Autodefensa (contra Al Qaeda).14

Lucha contra Narcoterrorismo (FTOs) y protección de la seguridad nacional.6

Controversia Ética

Proporcionalidad del Daño Colateral y definición de "Objetivo legítimo".13

Órdenes de 'No Dejar Sobrevivientes' (Violación Potencial del DIH a supervivientes/heridos).19

Impacto Geopolítico

Legitimó la guerra encubierta de largo plazo, mejorando la imagen global.1

Alto riesgo de ruptura hemisférica, polarización extrema y violación de la soberanía en la región.20


V. El Conflicto Inminente: Análisis Estratégico de la Intervención en Venezuela

La intensificación de las operaciones militares en el Caribe, con la "Operación Lanza Sur" y el despliegue de 10,000 efectivos navales y terrestres en la región , establece la antesala para una intervención más profunda en Venezuela. Este movimiento representa un riesgo geopolítico significativo, dado que la justificación del narcotráfico es interpretada por diversos expertos como un probable pretexto para una agenda más amplia de desestabilización o cambio de régimen.

A. Transición de la Estrategia Marítima a la Terrestre

Las operaciones marítimas iniciales se han centrado en ataques cinéticos contra embarcaciones presuntamente cargadas de narcóticos. El presidente Trump ha afirmado que estas operaciones han sido tan exitosas que ya "no quedan embarcaciones" de traficantes en el Caribe. Este supuesto éxito ha servido para justificar el siguiente paso de la escalada.   

El presidente Trump advirtió que si los traficantes ya no se encuentran en el mar, "ahora tendremos que empezar a buscar por tierra". Más tarde, anunció que los ataques podrían empezar a llevarse a cabo por tierra en Venezuela, asegurando: "En tierra es mucho más fácil. Conocemos las rutas que toman. Lo sabemos todo sobre ellos".

Esta amenaza de mover las operaciones del mar a la tierra eleva drásticamente la tensión, ya que implica una acción directa contra el territorio de un estado soberano. Sin embargo, la escala de tal operación debe ser sopesada cuidadosamente. Venezuela es un país doce veces más grande que Panamá y cuenta con un ejército activo de al menos 100,000 efectivos. Una intervención terrestre integral sería de una magnitud y coste logístico incomparables a las operaciones estadounidenses recientes en el hemisferio, lo que sugiere que la amenaza puede ser, en parte, una herramienta de coerción diplomática.

B. Impacto Geopolítico Regional: Polarización y Coerción

Una agresión estadounidense en Venezuela desencadenaría una ruptura hemisférica inmediata. La región se polarizaría de manera extrema, con gobiernos que condenan la injerencia (como Cuba, Bolivia, Nicaragua, Brasil y México) frente a aquellos que respaldan la acción bajo el pretexto antidrogas (Argentina, Ecuador, Paraguay y Perú).

La comunidad internacional, incluyendo a la ONU, ha reaccionado con preocupación ante la escalada. Tras los ataques con misiles a embarcaciones, la ONU hizo un llamado a la distensión, recordando que cualquier respuesta al tráfico de drogas debe respetar el derecho internacional. Venezuela, por su parte, ha acusado a Washington de querer derrocar al "presidente legítimo para instaurar un régimen títere".

Paradójicamente, la presión militar estadounidense puede reforzar el control interno de Nicolás Maduro. El régimen utiliza los ataques como evidencia del imperialismo y la extralimitación de Estados Unidos. La activación de la milicia ciudadana en respuesta a las amenazas puede consolidar su imagen como opositor a la agresión externa, reforzando su base de apoyo interna.   

C. El Cálculo Político Doméstico y el Riesgo de Desastre

La estrategia de Trump en Venezuela no puede entenderse sin el cálculo político doméstico. La focalización en el narcotráfico y la seguridad fronteriza apela directamente a su base electoral, disipando críticas internas sobre su política exterior y enmascarando cualquier posible objetivo de cambio de régimen. 

No obstante, las consecuencias financieras y humanitarias de una escalada son extremadamente altas. Los analistas de la industria petrolera advierten que los precios del crudo podrían dispararse entre un 10% y un 20% en caso de guerra. Además, la continuidad de los ataques en el Caribe y la amenaza terrestre podrían desatar una crisis de refugiados a una escala mucho mayor de la ya existente, lo que se convertiría en un desastre humanitario regional. 

VI. Proyecciones y Escenarios del Conflicto en Venezuela

El análisis estratégico debe evaluar los posibles cursos de acción militar de Estados Unidos, reconociendo la inviabilidad de una invasión a gran escala y la centralidad del factor de los aliados globales.

A. Modelos de Intervención Probables

Los escenarios de conflicto más probables se dividen en tres categorías, desde la coerción de bajo riesgo hasta la invasión total de alto riesgo : 

Escenarios Proyectados y Consecuencias de la Intervención de EE. UU. en Venezuela

EscenarioDescripción OperativaConsecuencias Geopolíticas ClaveViabilidad Estratégica
1. Presión Coercitiva/Diplomacia Forzada

Uso continuo de sanciones, despliegue naval disuasivo y presión multilateral para forzar negociaciones.20

Mantenimiento del statu quo de tensión. Aislamiento gradual de Maduro.25 Posibilidad de acuerdos parciales (ej. canje de prisioneros, acuerdos petroleros).24

Alta
2. Ataques Selectivos ("Quirúrgicos")

Operaciones puntuales contra objetivos militares, infraestructura crítica o líderes del narcotráfico (posiblemente con fuerzas especiales o ataques aéreos). Sin ocupación terrestre masiva.20

Ruptura inmediata de relaciones, incremento masivo del flujo de refugiados.23 Polarización hemisférica extrema.20 Alto riesgo de respuesta militar limitada de Venezuela.

Media-Alta
3. Invasión Total/Ocupación

Despliegue terrestre a gran escala con intento de ocupación parcial o completa del territorio.20

Guerra prolongada, alto costo financiero y humano. Desastre humanitario masivo. Disparo del precio del petróleo (10-20%).23

Baja

Dada la complejidad geográfica y militar de Venezuela , la invasión total (Escenario 3) se considera inviable estratégicamente. Los escenarios más probables son la continuación de la Presión Coercitiva (Escenario 1) o, en caso de que Trump decida aumentar la apuesta, los Ataques Selectivos (Escenario 2). 

B. El Factor de los Aliados Globales: El Aislamiento de Caracas

La mayor vulnerabilidad estratégica de Venezuela reside en su aislamiento de facto. A pesar de años de retórica antiamericana y alianzas con Rusia, China e Irán, estos actores han mostrado una reticencia material a intervenir militarmente en defensa del régimen de Maduro.

La posición de Rusia y China es clave: aunque China se opone formalmente a cualquier intervención militar terrestre, instando a la diplomacia y a preservar la soberanía venezolana , Moscú y Pekín están enfocados en sus propias prioridades. Rusia se encuentra empantanada en la guerra contra Ucrania. China está centrada en sus problemas internos y, más importante, busca construir relaciones transaccionales con la administración Trump.

El Wall Street Journal ha informado que ni Rusia ni China están dispuestas a intervenir en caso de uso de la fuerza, limitándose a un apoyo simbólico. Este distanciamiento de los aliados tradicionales de Caracas deja al régimen de Maduro cada vez más solo frente a la presión estadounidense y agrava su desgaste geopolítico. La conclusión estratégica es que si Estados Unidos decide optar por el Escenario 2 (Ataques Selectivos), el riesgo de escalada a una confrontación directa entre grandes potencias se reduce drásticamente, haciendo que este tipo de intervención limitada sea un riesgo calculado y plausible para la administración Trump. 

VII. Conclusiones y Recomendaciones Estratégicas

A. Síntesis de la Continuidad Doctrinal

El análisis comparativo entre las administraciones de Barack Obama y Donald Trump subraya que el reconocimiento de la paz en la política exterior estadounidense actúa a menudo como un mecanismo de legitimación o una cortina de humo que precede o coexiste con la expansión del uso de la fuerza letal. Obama tecnificó la guerra asimétrica, haciéndola menos visible y más aceptable bajo el paraguas del multilateralismo y la autodefensa extendida (AUMF). Trump, en cambio, ha desregulado la aplicación de la fuerza, priorizando la coerción directa bajo el nuevo marco legal del "narcoterrorismo," y ha utilizado una brutalidad cinética más inmediata y éticamente cuestionable.

B. Implicaciones Éticas de la Doctrina Trump

La diferencia más alarmante entre las dos administraciones radica en el marco ético operativo. Mientras la controversia de Obama se centró en la legalidad de los objetivos y la proporcionalidad del daño colateral, la política reportada de Trump de atacar supervivientes  representa una erosión profunda de los principios del Derecho Internacional Humanitario, específicamente en relación con la protección de los combatientes hors de combat. La normalización de operaciones militares con el objetivo de aniquilar totalmente a los adversarios, difuminados bajo la etiqueta de narcoterrorismo, sienta un precedente devastador para futuros conflictos asimétricos globales.

C. Proyección Final sobre Venezuela

La Presión Coercitiva (Escenario 1) es la estrategia actual que busca mantener el alto nivel de tensión y la movilización interna en Venezuela. Sin embargo, debido al aislamiento estratégico de Maduro y la reticencia material de Rusia y China a intervenir , el riesgo de un salto a Ataques Selectivos (Escenario 2) es considerable. El objetivo de Estados Unidos no es necesariamente una costosa ocupación total, sino la disrupción sistémica, la neutralización de la infraestructura crítica o la rendición forzada del régimen a través de demostraciones de fuerza limitadas pero letales. La amenaza de intervención terrestre, aunque logísticamente compleja, sirve como el principal instrumento de presión coercitiva.

D. Recomendaciones Estratégicas

Se recomienda a los actores regionales y a las organizaciones internacionales concentrarse en la creación y el fortalecimiento de mecanismos multilaterales de diálogo y negociación que puedan desacreditar la justificación del narcotráfico como casus belli para una intervención militar unilateral. Dada la demostrada disposición de la administración Trump a utilizar la fuerza letal sin restricciones éticas estrictas en el Caribe, la comunidad internacional debe insistir en el respeto estricto al derecho internacional y la soberanía de los estados. Cualquier escalada, incluso selectiva, provocará una crisis humanitaria de refugiados a gran escala  y graves perturbaciones económicas mundiales.

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